Ya hemos hablado de cómo los animales pueden ser una gran ayuda para personas con enfermedades como el cáncer y que pueden detectar enfermedades antes que los humanos. La buena noticia es que esta ayuda sigue expandiéndose por todo el mundo.
La Asociación Isara es una institución que funciona en Sevilla, España, que tiene la fórmula para convertir a animales sin hogar en “médicos” que transforman la vida de quienes necesitan ayuda sobrellevar su enfermedad.
Esta asociación se encarga de entrenar a perros para que puedan detectar cuándo un diabético tiene una bajada de azúcar en sangre: se dan cuenta al principio del proceso, incluso antes que la persona, y le avisan para que tome algún alimento que evite que se produzca.
Es así como estos perros sin hogar encuentran un techo y se convierten, además, en una máquina de alerta médica. El proceso de formación de los perros es como la de un perro guía para invidentes: saben comportarse en la calle y en el hogar para no molestar a nadie y obedecer siempre. Este proceso formativo puede durar entre cuatro meses y un año.
La experiencia ya ofrece frutos y transforma vidas. Como la de Natalia, una chica de 15 con diabetes tipo 1 y otras complicaciones como malformación de Chiari, hipotonía muscular y descoordinación visomotora. Se encarga de cuidarla Apolo que ahora detecta con antelación la bajada de sus niveles de glucosa y la avisa a ella y su familia.
Otro caso es el de Marije, una mujer que padece diabetes desde hace 20 años. Suele tener bajadas por la noche, cuando está dormida. Su marido viaja con frecuencia y temía que una de ellas se produzca cuando está sola en casa sin que nadie pueda atenderla. Ahora cuenta con Leo, un perro que pasa la noche a su lado y aunque esté dormido si su propietaria sufre una bajada.
Isara comenzó con este programa hace un año y ya ha entregado cuatro perros a diabéticos, y actualmente está entrenando a dos perritos más. Cuentan con 60 voluntarios, y la buena noticia es que estos perros también pueden ayudar a personas con otras enfermedades: los han entrenado para socorrer a personas con problemas de movilidad, a niños con autismo a los que ayudan a relajarse, o para personas que tiene ataques epilépticos.
Fuente: ABC de Sevilla