Al igual que otros depredadores, los perros se persiguen la cola cuando están aburridos, especialmente si son cachorros. En el caso de las mascotas, el comportamiento se ve reforzado si el dueño le presta atención cuando lo hace.
Pero en ocasiones este comportamiento puede ser una señal de alarma: si el perro persigue su cola constantemente y la muerde, el motivo puede ser que tenga alguna dolencia o que un parásito le esté molestando.
La genética también influye en la tendencia de los perros de perseguir su cola. Ciertas razas, como los pastores alemanes o los terriers, son más propensas a hacerlo cuando están aburridos, ya que les proporciona una recompensa psicológica para reducir su frustración.
En otros casos, este comportamiento puede significar que el perro sufre del desorden canino compulsivo. Los investigadores han encontrado muchas similitudes entre este problema canino y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) de humanos, lo que sugiere que ambos comparten unas mismas causas biológicas.
En las personas, el TOC se manifiesta cuando se necesitan hacer rituales muy concretos en actividades cotidianas; o en pensamientos obsesivos les hacen mantener creencias extrañas. Y esta tensión se alivia a través comportamientos reiterativos que resultan anormales y que perjudican a la persona.
Los animales que exhiben estos comportamientos pueden caminar de una forma reiterativa, cazar su cola, perseguir las luces o las sombras, o pararse y moverse de forma errática. Por ello se cree que hay varios motivos detrás de estos comportamientos obsesivos: el encierro, el maltrato, la ansiedad o una separación temprana entre cachorros y madres aumenta la frecuencia con que aparecen estos comportamientos.
De hecho, investigadores de la Universidad de Lohi (Finlandia) descubrieron en 2016 varios indicios de que los perros pueden ser un buen modelo para estudiar el TOC humano.
En primer lugar, averiguaron que los perros que persiguen su cola tienen mayor probabilidad de sufrir otros comportamientos compulsivos. Además, observaron que los perros que más se perseguían la cola eran más tímidos y menos agresivos con los humanos. Por otra parte, el consumo de minerales y vitamina B6 redujeron la tendencia de los perros compulsivos de cazarse la cola, de forma similar a como se ha observado en pacientes con TOC.
Así que si tu perro se muerde la cola, debes observarlo con mucho detenimiento y consultar a tu veterinario si el comportamiento es reiterativo.
Fuente: ABC