La influencia positiva que ejercen los perros en los niños está más que probada. Los casos de acompañamiento en terapias asistidas en los hospitales o en declaraciones en los juzgados han funcionado. Y desde hace algunos años se llevan a cabo programas que estimulan el aprendizaje de los niños en las escuelas, tanto especiales como ordinarias.
“La presencia de los perros es un motivador y un facilitador en el aprendizaje. En las sesiones de colegio, los niños juegan con ellos, lo que favorece la concentración en las actividades”, explica Rosa María Pomar, directora del colegio Perde Cerdà de Sóller (Mallorca).
El Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC) de España realiza actividades en el marco del proyecto ‘Aprender Juntos Es Mejor’ en colaboración con Purina. Allí se desarrollan jornadas de educación asistida dirigidas a estudiantes de Primaria y profesores en colegios de Madrid, Cataluña, País Vasco e Islas Baleares.
La presencia de un monitor especializado que guíe la actividad es fundamental, pero el que marca los objetivos es el profesor y a partir de ahí se diseñan las actividades con el perro. Pero una de las partes más divertidas es la de lectura, un hábito que los canes ayudan a mejorar.
“A la hora de leer se notó mucho la presencia del perro en el aula. Había mucho silencio y los niños hacían esfuerzo para leer alto y claro con la esperanza de que (los perros) les entendieran”, cuenta Pomar, con base a una experiencia en un colegio de Mallorca. Mientras el niño lee, el can disfruta de la lectura a su lado, e incluso mira el libro y al niño mientras avanza la narración. Y esto es lo que anima al niño a seguir.
Los beneficios de estas sesiones son múltiples: incrementa la motivación, la autoestima, ayuda a identificar problemas de socialización y fomentan los hábitos de lectura, entre otros. “El perro tiene todo el tiempo y la paciencia del mundo. No presiona, no regaña cuando algo sale mal y siempre está encantado de estar a tu lado. Eso hace que la autoestima del niño suba”, explica Eva Domènec, directora de CTAC.
Tanto Domènec como Pomar insisten en la importancia de los técnicos que acompañan a los perros, pues la sola presencia de un animal no facilita hábitos como la lectura. “No todos los perros aguantan un cuento entero. A veces se aburren y se van. Los que tenemos en casa son mascotas, no asistentes como los de nuestro programa”, subraya Pomar.
De hecho, después de cada sesión en los colegios, los monitores se reúnen con los profesores para evaluar las actividades, resolver dudas y explicar cómo estos animales pueden ayudar a cumplir los objetivos de desarrollo para cada sesión.
Fuente: El Mundo