El uso del microchip en mascotas aparte de mantener un control sobre la población canina en España puede ser un gran aliado cuando una mascota se extravía, así como la historia de “Chispa”.
Una pequeña yorkshire de nombre “Chispa” se perdió el 27 de julio de 2004 y aunque tuvieron que pasar 12 años para reencontrarse, hoy día están juntas gracias a la información proporcionada por el microchip.
La historia inicia en Cartagena, España donde la pequeña Chispa de tan solo 17 meses se salió por la puerta entreabierta y aunque su dueña María José Valverde hizo todo por encontrarla, no la halló. Doce años después, Chispa fue encontrada por otra mujer, Teresa Martínez, en un oscuro callejón y al verla sola y desorientada, tomó a Chispa y preguntó si era de alguien a la gente que se encontraba por ahí. Tras no obtener respuesta, Teresa puso carteles en la calle con la foto de Chispa y posteriormente la llevo al veterinario para una revisión y corte de cabello. Fue en esa visita médica donde la suerte de Chispa cambió, pues al detectarse su microchip, Teresa pudo obtener los datos de María José Valverde.
Fue así como Teresa contacto a María José la cual no podía creer lo que estaba pasando, pues luego de 12 largos años ya había perdido la esperanza de volver a ver a Chispa. Ese mismo día, Teresa acordó reunirse con María José para entregarle a su hija perro.
“María José se emocionó muchísimo. Yo una vez perdí a una perrita y no tuve la suerte de encontrarla, así que soy consciente de lo que tuvo que pasar María José”. / Teresa Martínez
“Es increíble que haya gente tan buena”, nos dice María José. Eso sí, no piensa lo mismo de quienes se hicieron cargo de Chispa durante los últimos 12 años. “¿No podían haberla llevado a un veterinario para que la identificaran? Sabían que una persona lo estaba pasando mal por haberla perdido…”.
María José asegura que Chispa ha de haber pasado mucho tiempo encerrada:
“No pesa ni un kilo, es imposible que haya estado tanto tiempo sola”, reconoce. “Ojalá pudiera hablar para contarme qué ha hecho en los últimos doce años”.
Hoy, Chispa y María José viven felices reunidas nuevamente y ojalá así como esta historia al final tuvo un deselance feliz sea así con otros casos. Aunque no todas las personas tienen buenas intenciones, creemos somos más los buenos, tal como el caso de Teresa Martínez que gracias al microchip de Chispa pudo llevarla con su verdadera dueña.
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Fuente: Verne