A veces las amistades surgen en donde menos uno se imagina y con los personajes menos probables. Tal es el caso de un Suryia y Roscoe, dos especies diferentes pero con un mismo sentir.
Todo comenzó cuando Roscoe, un perro de talla mediana, se encontró con un Orangután llamado Suryia, cerca del Instituto de Especies Amenazadas en Carolina del sur, en ese momento, Roscoe, era un perro muy delgado y aparentemente abandonado que había seguido a Suryia y su veterinario hasta el Instituto, así que los doctores de dicho lugar se lo llevaron para cuidarlo.
Fue entonces que Suryia entabló una gran amistad con él, jugaban juntos, nadaban juntos e incluso Suryia sacaba a pasear a Roscoe para pasar tiempo juntos.
La relación entre estas dos especies llama la atención, porque generalmente los perros temen a los primates, pero para Roscoe, Suryia se ha convertido en su mejor amigo, se cuidan mutuamente.
Y es que Roscoe llegó justo cuando Suryia lo necesitaba más, ya que él perdió a sus padres y cayó en una profunda depresión. Dejó de comer, de jugar y de interesarle el seguir viviendo.
A pesar de que lo trataron con medicamentos, Suryia no respondía, incluso el veterinario que lo cuidaba determinó que moriría de tristeza.
Pero Roscoe se convirtió en su terapia ayudándolo a salir adelante. Una amistad que no solo le salvó la vida a Suryia, sino también a Roscoe, ya que él era un perro abandonado que encontró amor en un pequeño gran Orangután.
Con esto podemos seguir confirmando que los animales también sienten, a tal punto que pueden aliviar una depresión y llenar de amor a quién más lo necesita.
Fuente suryiaroscoe.com