Hay más de 500 razas de perros reconocidas en el mundo con grandes diferencias entre sí, pero ¿a qué se debe esa variedad y contraste que no vemos, por ejemplo, en los gatos?
En principio, la causa más obvia es que los seres humanos los hemos criado de esta manera para favorecer características específicas. Los perros modernos evolucionaron de los lobos y se convirtieron en los mamíferos más diversos a una velocidad extraordinaria.
“Todos concuerdan con que los perros descienden de los lobos, pero la cosa se complica cuando se trata de establecer en qué lugar del mundo ocurrió”, explica Peter Savolainen, genetista evolutivo del Laboratorio Ciencia para la Vida en Solna, Suecia.
“Los expertos en este campo coinciden en que debió haber sucedido hace entre 13.000 y 33.000 años. Hace 33.000 años los ancestros de los perros modernos se separaron de los lobos. Eso no quiere decir que los perros domésticos se originaron en esa época. Pudo haber sido una división entre dos poblaciones de lobos, y una de ellas pudo haberse convertido más tarde en perros domesticados”.
La teoría apunta a que los lobos se fueron domesticando a sí mismos al acercarse a los seres humanos para comer los restos de comida que estos dejaban. Los menos temerosos y agresivos dejaron mayor descendencia gracias a que tenían más alimentos, y esta descendencia heredó los genes que los hacían más amigables con los humanos.
Así, a lo largo de cerca de diez generaciones (30 años), este grupo de lobos pasó a ser un grupo de lobos con una relación cercana con el hombre.
Si bien esto pudo haber pasado en varios lugares del mundo, según Savolainen, la región del mundo con más tipos de ADN canino es también el lugar de origen. Y este patrón está presente en el sudeste asiático. “Cuanto más te alejas de esta zona, menos variedad genética vas a encontrar”.
El paso siguiente fue la domesticación de estos lobos en perros por parte de los humanos. Al cabo de un tiempo, ya tendrían perros, y esto habría permitido poner punto final a la domesticación.
Y a medida que nuestros ancestros fueron favoreciendo distintas habilidades de los perros, los humanos crearon por azar distintas razas. Y cada raza se especializó aún más por su comportamiento, explica Elaine Ostrander, genetista del Instituto Nacional para la Investigación del Genoma Humano en Estados Unidos. “Así terminamos hoy día con una enorme diversidad de perros. Sin embargo, sus similitudes son mucho mayores que sus diferencias”.
“Al verlos, pensamos que deben tener diferencias fundamentales a nivel genético y de sus cromosomas, pero eso no es cierto. Son notablemente parecidos: todos son miembros de la misma especie, tienen la misma cantidad de cromosomas que están organizados de la misma manera. Lo que tienen son pequeñas modificaciones en un subconjunto de genes. Pero todas estas variaciones tienen un efecto dramático”.
Según expertos, las diferencias entre un chihuahua (que pesa un kilo) y un lebrel irlandés (que pesa 45) pueden explicarse por cambios menores en solo 12 genes.
Fuente: BBC Mundo