MoMo, Choli, Paloma y Benito son cuatro perros que fueron adoptados por la misma familia. Ninguno de ellos tiene dientes, y pasan la mayor parte de sus días tomando el sol, comiendo y tomando siestas. Su casa se parecía mucho a una comunidad de retiro, hasta que su madre trajo a casa un pequeño gatito y estos cuatro chihuahuas adoptaron al gato.
Julie Docherty ha sido voluntaria en Skid Row en Los Ángeles, con la fundación Love My Neighbor. Ella ayuda a repartir alimentos y ropa a las personas sin hogar, y a veces la gente lleva allí a sus mascotas. Pero cuando vio a una joven que llevaba un pequeño gatito que no paraba de llorar, sabía que había algo diferente.
“Ella me explicó que acababa de salvar al gato y lo habían rechazado en todas partes. Pero ella no podía mantenerlo , así que preguntó si alguien podía llevárselo y dije: hoy me levaré un gato a casa”, cuenta Julie, que lo llevó al veterinario. Allí supo que el pequeño sólo tenía dos semanas y media de edad. Pero lo que más le preocupaba era cómo reaccionarían sus chihuahuas.
“Los cachorros eran muy curiosos con Rosita (así le llamó) durante cinco minutos, y luego totalmente cómodos. Choli parecía estar más interesado en jugar. MoMo es increíblemente amoroso y paciente con Rosita, mientras que Benito es todavía un poco tímido y no muy seguro de qué hacer con ella. Paloma solía ser un criador de perros, y parecía tener muy poco interés en el cuidado de un bebé“.
El escuadrón de perros recibió con alegría a su nuevo miembro. Ahora comen juntos…
Se miman juntos…
Se toman las mejores fotos de grupo que jamás habían podido hacer. Ahora Rosita ha encontrado un hogar permanente donde está rodeada de puro amor perruno, y parece ser más feliz que nunca.
Fuente: The Dodo