Quienes tenemos hijos perros sabemos lo que es el amor incondicional mutuo. Amamos con locura a nuestros hijos, y sabemos que ellos nos corresponden ese cariño.
Ese era el caso de Andrea, una mujer de 45 años que adoraba con toda la vida a su perro. Su cocker también la quería con locura, y el día que Andrea murió, él siguió demostrandole su cariño. Consecuencia del terrible terremoto en Italia, Andrea abandonó este mundo, y su perro se negaba a abandonarla.
Una vez comenzado el funeral, el perro se notaba triste. Los familiares de Andrea lo acercaron al ataúd, y la reacción del perro fue increíble: movía la cola por volver a encontrarse con su dueña, olisqueaba la caja, y se negaba a abandonar el ataúd.
Una historia triste y conmovedora, que demuestra que el amor que nos tienen nuestros perros transciende vidas. Ellos siempre estarán con nosotros, no importa lo que pase.
Fuente: El Mundo