Farley, un pastor australiano, es conocido como el director en un santuario de animales donde viven todo tipo de animales rescatados de Nueva Jersey. Pero él es más que un perro: es el cuidador de todos los animales que viven allí.
Farley llegó por primera vez al santuario de rescate porque sus padres iniciales no podían seguir cuidando de él. Así que Laurie Zaleski, fundadora del santuario, lo recibió con los brazos abiertos y pronto se dio cuenta de que le había tomado tanto cariño, que no veía a Marley viviendo lejos de ella ni fuera del santuario.
En su nuevo hogar, Farley ganó una gran familia. Por ser un perro de pastoreo desde los 9 meses, le costaba abandonar el hábito. “Tenía que enseñarle que no estaba permitido arrear al resto de los animales rescatados“ cuenta Laurie. Así que con el tiempo, Farley cambió y aprendió a cuidar de ellos como hermanos.
Laurie dice que Farley es el perro más paciente del santuario. Si un patito lo picotea, o tiene que meterse entre dos pavos para parar una pelea, nada parece detenerlo. Además, tiene un gusto especial por los pajaritos bebé y los gatos.
Recientemente, Farley se mantuvo al lado de una cabra llamada Cowboy, que estaba en proceso de recuperación por fractura de una pata. Él la cuidó y le dio toda la ayuda que necesitaba para curarse.
A pesar de no estar con sus padres iniciales, Farley tuvo la fortuna de encontrar un nuevo hogar y una familia a la que amar. Lo mejor de todo es que los animales y las personas que ahora le rodean también le regresan el cariño y dedicación que él les da a diario. Ahora Farley es no solo el cuidador, sino el mejor amigo de esos animales que ambién necesitan amor.
Fuente: The Dodo