Cuando un perro forma parte de nuestra vida y se convierte en un hijo, es difícil imaginar la vida sin él. La semana pasada, el sargento Michael Spitaleri dio el último adiós a su mejor amigo y perro colega, Major. Los dos trabajaron juntos durante seis años como miembros del Departamento de Policía de Clearwater en Florida.
Major se retiró en 2014 debido a su delicado estado de salud, y continuó viviendo con Spitaleri y su familia. Pero lamentablemente, empeoró y Spitaleri decidió poner fin a su sufrimiento. Por ello, escribió una conmovedora carta en homenaje a su compañero, dejando claro lo especial que era su perro. La carta dice así:
Para mi compañero fiel,
Hoy ha sido el día más difícil de mi carrera. Tomé la decisión de poner fin a tu dolor y sufrimiento. Sin embargo, me hace más daño de lo que esperaba. Ya te extraño, amigo.
Recuerdo que te recogí en el aeropuerto justo antes de empezar la escuela K-9 juntos. Mi primera impresión no era exacta. Pensé que eras pequeño y parecías un poco tímido a primera vista. Sinceramente, no sabía si tenías lo necesario para ser un perro policía. No obstante, empezamos la escuela juntos en noviembre de 2008. Rápidamente me di cuenta de que mi juicio inicial era incorrecto. Tu disposición a complacerme, tu lealtad y tu falta de miedo fue muy evidente a medida que avanzabas, y te graduaste de la escuela K-9 en marzo de 2009.
Como equipo, hemos tenido éxito en el camino. Durante nuestra primera semana juntos hicimos una búsqueda exitoso y encontramos a un hombre que amenazó a su esposa con un cuchillo. Nuestras habilidades y capacidades mejoraron día a día desde ese momento. A lo largo de los años, nos encontramos decenas de criminales, narcóticos ilegales, armas de fuego, y otros artículos de valor probatorio. Estas detenciones y hallazgos no habrían sido posibles sin ti. Me hiciste quedar como una super estrella a veces; pero a decir verdad, yo no era nada más que el tipo que te llevaba de la correa.
Cuando te retiraste 2014 por condiciones médicas, fue difícil ajustarte a la vida de un perro normal. Sé que era difícil verme mientras me arreglaba para irme a trabajar. Yo sé que no entendías las razones del retiro. Sin embargo, lo hice porque te amaba, amigo. Quería asegurarme de que tus condiciones médicas no empeoraran. Yo quería que tuvieras una buena calidad de vida durante tu jubilación. Te merecías eso y por eso tomé la decisión. Siempre me protegías, y ahora era mi turno para cuidar de ti.
Aunque sé que no disfrutaste de la jubilación como los humanos, estoy orgulloso de decir que te acerqué a eso lo más posible. Te convertiste en el perro de mi esposa y de mis hijos. Los protegiste mientras papá se iba a trabajar con su nuevo compañero, Echo. Te podías sentar junto a la puerta del cuarto de mis hijos en la noche mientras dormían, casi como queriendo decir “los tengo, papá. Ve a trabajar que ellos estarán bien”. Me sentía en paz sabiendo que estabas en casa protegiéndolos. Gracias por hacerlo como lo hiciste todos estos años conmigo.
Podría seguir hablando sobre ti. Me hiciste el profesional policial que soy hoy. Fuiste un gran compañero y yo estoy eternamente agradecido por eso.
Major, te amo y siempre recordaré nuestro tiempo juntos. Por favor, busca al oficial de policía más cercano cuando llegues al cielo, dile que eres un perro policía y que seguirás sirviendo. Hasta que te vea de nuevo…
Con amor,
Papá.
Fuente: The Dodo