Existen muchas formas de presentar a un gato nuevo a tu perro. Te presentamos una técnica que consta de 6 pasos. Te preguntarás “¿por qué tantos pasos?“ Porque incluso los gatos que son amigables con los perros pueden atacarlos si en algún momento los perciben como una amenaza. Y los perros pueden hacerle daño a un gato con una sola sacudida. Así que para evitar todos estos riesgos, es recomendable seguir este procedimiento e implementarlo poco a poco, con paciencia. Para simplificar la explicación, llamaremos a nuestro perro Rover y a nuestro gato Kitty.
Paso 1: Preparación previa al encuentro
Conseguir que Rover y Kitty estén listos para conocerse puede tardar algún tiempo, dependiendo de su formación y personalidades. Para alistar a Rover, debe saber los comandos “sit” y “stay” antes de conocer a Kitty. Y para preparar al gato, debes mantenerlo aislado en una sala con su comida, agua, caja de arena y su cama. Dale la oportunidad acostumbrarse a nuevo hogar que, en función de su personalidad, puede tardar desde 1 día hasta varias semanas. Puedes pasar tiempo con el gato en esa sala, pero Rover debe permanecer afuera y sin mirar a escondidas.
Paso 2: Ambos en lados opuestos de una puerta
Alimenta a Rover y Kitty en lados opuestos de una puerta sólida cerrada (que no puedan verse entre sí) durante 1 semana. Ellos comenzarán a asociar la presencia del otro por el olor y los sonidos, con una experiencia placentera: ¡comer! Si Rover comienza a llorar o ladrar, corrígelo con severidad y con un “¡no!”. Luego, mueve los recipientes de comida más lejos, mantenlo allí con una correa, y gradualmente acerca su plato a la puerta del gato cuando sea la hora de comer. Con el tiempo, cuando estén comiendo tranquilamente al lado de la puerta, exponlos más al aroma del otro.
Paso 3: Acostumbra al gato a su jaula
Acostumbra a tu gato a pasar períodos cortos de tiempo en una jaula grande (de preferencia) o en una jaula transportadora (al menos lo suficientemente grande como para que se levanta y se dé vuelta). Ten a Rover amarrado a la distancia, atrae a Kitty a la jaula con una golosina para gatos o un poco de comida enlatada, cierra la puerta de la jaula durante 5 minutos, y luego déjalo salir. Si Kitty está nervioso en la jaula, repite el proceso de 2 a 3 veces al día hasta que se relaje.
Si en cambio no se acerca a la jaula, trata de dejar un rastro de golosinas o comida hacia la caja. Si no funciona, toma a Kitty y colócalo directamente en la caja. Rover debe mantenerse tan lejos como sea posible, en otra habitación por ejemplo. Dado que en el paso 4 se recomienda usar la sala de la casa, que no es la sala de aislamiento del gato, puedes mantener a Rover a la distancia, atraer al gato al cajón, y al cabo de 5 minutos llevarlo de nuevo a su habitación de aislamiento.
Paso 4: Perro con correa y gato en jaula
Pon a Rover a la distancia y pon a Kitty en su jaula. Con este paso haremos que se vean entre sí con contacto físico. Ponle la correa a Rover y llévalo a la sala donde está la caja del gato. Ordénale que sea siente tan pronto como entre, justo donde pueda ver a Kitty. Haz que practique este comando durante 5 minutos en esa ubicación. Si se hace caso omiso porque está demasiado interesado en el gato, dile que “no” y sácalo de la habitación. Obtén su atención afuera de nuevo mediante la práctica de algunos comandos, y hazlo entrar en la habitación de nuevo. Mantente relajado, recuerda que los animales responder a todo lo que le transmites.Repite este paso para todos los días que es necesario, hasta que ambos puedan estar en la misma habitación sin tensión, miedo, agresión, o cualquier otro comportamiento no deseado. Esto puede ocurrir la primera vez, o puede tomar semanas o meses. Si pasas más de una semana, intentando 3 veces al día, y Rover todavía actúa de manera agresiva, consulta con un especialista en comportamiento.
Ahora, aumenta la duración de las sesiones juntos. Si Rover o Kitty se agitan, es posible que tengas que mantener la técnica del gato en la jaula y el perro con la correo por más tiempo, hasta que estén tranquilos y relajados. Una vez se olieron entre sí a través de la caja, sin problemas, se puede pasar al siguiente paso.
Paso 5: Perro con correa, gato suelto.
Mantén a Rover con correa al lado opuesto de la habitación, ten a un ayudante para abrir la puerta de la jaula. Mantente junto a Rover con los comandos de formación. Si el gato se queda en el cajón, lanza comida para que salga de allí. Si no sale, vete de la habitación con Rover, espera que Kitty salga de la caja, y vuelve a entrar con Rover. Kitty puede correr y esconderse, y si Rover reacciona ante eso, necesitarás hacer las 3 sesiones diarias, como en el paso 4, hasta que el perro ignore al gato cuando está suelto. NUNCA permitas que Rover juegue a perseguir a Kitty, pues este “juego“ que puede dar vuelta mortal en un instante.
Se recomienda mantener a Rover con correa (cuando los dos animales no estén en salas separadas) durante las próximas 2 semanas, aumentando gradualmente la cantidad de tiempo que pasan juntos.
Paso 6: Ambos sueltos
Han pasado 2 semanas con Rover viendo al gato correr, saltar, jugar y ahora están actuando de forma relajada, e ignorándose mutuamente. En este punto ya puedes soltar la correa de Rover ¡Felicidades! le has presentado con éxito tu nuevo gato a tu perro. Aún así, cuando no estés en casa, se recomienda mantenerlos separados con una barrera física para estar seguro de que estarán bien, por lo menos 1 mes más. Y mientras más grande sea tu perro, es mejor separarlos de cuarto durante este mes adicional, solo cuando no estés en casa.