Cuando nos convertimos en papás de un hijo perro hacemos toda clase de cosas que parecieran sacadas de una película cómica y a veces nos son tan convencionales como debieran, pero que nos hacen felices simplemente porque tienen que ver con nuestros hermosos hijos perros.
Aquí te contamos 8 cosas que el dueño de un perro hace en secreto y que no quiere que sepas.
1. Olerle las patas: A quién no le ha pasado que al estar con nuestro hijo perro, le agarramos sus patitas y empezamos a jugar con él y en una de esas, ¡zas! empezamos a olerle sus patitas “ay que patitas tan mugrosas de mi bebé, huelen feo, ay no huelen delicioso” Claro que pueden imaginar esta frase con la voz más chillona que puedan.
2. ¡Me encanta como huele!: Y es que no dejamos de abrazarlo y olerlo por todos lados porque su olor es único, aunque sabemos que ya está un poquito mugroso y necesita un baño, probablemente lo más urgente posible.
3. Un pedacito nada más: Cada que comemos sin que nadie nos vea, tomamos un pedacito de nuestra comida y sigilosamente bajamos la mano para darle una probadita por debajo de la mesa, a él le encantará, además nadie nos vio… ¿cierto?
4. Besos en la boca: Queremos demostrarle cuanto lo amamos y empezamos a besuquearlo por todos lados, incluyendo en la boca, aunque sabemos en donde ha metido el hociquito, no nos importa, queremos dejar muy en claro que lo amamos.
5. Muebles nuevos: Compramos algún mueble nuevo y juramos que no se subirá a él, pero en menos de los que podemos parpadear, nuestro hijo perro se sube y antes de que podamos bajarlo, su carita nos conquista dejándolo arriba el tiempo y las veces que él quiera.
6. Un peluche de verdad: Decidimos dejarlo dormir con nosotros y lo abrazamos como si fuera un peluche que respira, no nos importa porque sabemos que nunca estará más seguro que en nuestros brazos, incluso hasta le contamos un cuento por la noche.
7. Nos escucha: Que mejor confidente que nuestro hijo perro, nos pasamos horas platicándole de todo lo que nos ha pasado, tal vez la gente nos mire con cara de locos, pero ellos no saben que tu hijo perro no solo te escucha, también te consuela si es necesario y hasta responde con un ladrido lo que le preguntas.
8. Probamos sus croquetas: Nos ha pasado que a veces le damos sus croquetas y no se acerca a comerlas, nos asalta la duda “qué tal que no saben bien” entonces tomamos una y nos la comemos, después de todo hay que estar seguros que le damos buen alimento ¿no?
Cuéntanos en los comentarios tú qué haces con tu hijo perro en secreto!
Fuentes: tonobalaguer / 123RF Stock Photo