Muchas veces el saber qué es lo que le está pasando a nuestro hijo perro, resulta muy complicado y al no poder decirnos que le sucede, corremos el riesgo de no notar que algo anda mal con ellos e incluso perder tiempo preciado si hay que llevarlo de emergencia al veterinario.
Sin embargo, que nuestro perro no utilice palabras, no quiere decir que su comportamiento no nos esté indicando que algo anda mal, la Academia Internacional Veterinaria para el manejo del dolor, creó una campaña para poder crear conciencia de que aunque nuestro perro sienta dolor, no nos lo mostrará, ya que está en su naturaleza el ocultarlo, lo cual hace imposible detectar signos de enfermedad o heridas y por lo tanto es muy importante reconocer si hay un problema basándonos en su comportamiento.
Aquí van siete señales que te pueden alertar sobre algún malestar en tu hijo perro
1. Manera de caminar: Si tu perro modifica su manera de caminar, como si estuviera cojeando o recargándose en una patita más que en otra, puede ser que tu perro esté sintiendo dolor.
2. Falta de energía: Si tu perro esta más aletargado que de costumbre, puede ser que no es esté sintiendo nada bien.
3. Falta de apetito: Nosotros sabemos perfectamente bien que tan glotón es nuestro hijo perro, si notas que no quiere comer y no le interesa que le pongas alimento en su platito, es muy probable que esté enfermo.
4. Mirada triste: Conocemos muy bien cuando nuestro hijo perro pone ojitos tristes para convencernos de darle un dulce, pero también puede significar que algo anda mal, observa que no tenga los ojos rojos, pupilas delatadas o pequeñas. Así mismo, si está sintiendo dolor, puede entrecerrar los ojos.
5. Mal comportamiento: Nuestro perro suele ser cariñoso y juguetón con nosotros, pero si su comportamiento cambia y se vuelve un poco agresivo es porque está sintiendo dolor.
6. Respiración irregular: Si notas que su respiración es rápida y corta o está jadeando en exceso sin razón aparente, puede ser otra señal.
7. Postura diferente: Si tu perro está como encorvado, inquieto o incluso rígido, definitivamente no se siente bien.
Todos estos signos podemos detectarlos a tiempo si observamos muy bien a nuestro hijo perro, sigue siempre tus instintos y no dudes en llevarlo al veterinario, más vale que sea una falsa alarma a tener que enfrentar una grave consecuencia que repercute en su vida.
Fuentes: Barkpost – Zane and Alex Luke Licencia CC 2.0