El consumo de huesos es un tema importante del cual hay que estar bien informados. Muchos dueños deciden no darlos por miedo o desconfianza, mientras que otros deciden hacerlo pensando que no hay ningún problema. En realidad es una cuestión de responsabilidad y cuidado. Si decides darle huesos a tu perro es importante que sigas las siguientes recomendaciones para poder evitar una tragedia.
1. Los huesos siempre deben de estar crudos NUNCA cocidos o ahumados. Estos últimos pueden fácilmente romperse y hacer que nuestro perro ingiera pedazos peligrosos que no pueda digerir o que pueda rasgar su sistema digestivo.
2. La supervisión es fundamental. Toda persona responsable debe de saber cómo su perro mastica y digiere distintos alimentos. Un Golden Retriever podría delicadamente saborear y mordisquear un hueso mientras que un Pomeranian podría vorazmente comerlo todo de un bocado. Por lo tanto, siempre que le demos un hueso a nuestro perro es importante supervisarlo mientras se lo come y estar al pendiente de cualquier cosa.
3. Es importante saber cuándo demasiado es demasiado. Si un perro come un hueso demasiado grande la ingesta va a ser muy alta. Para evitar el estreñimiento es importante dar el hueso por ratos y quitarlo cuando veamos que es hora de un descanso. El hueso debe de ser guardado en el refrigerador para después.
4. La contaminación bacterial es una posibilidad. A pesar de que los huesos crudos son mucho mejores que los cocidos, la salmonella y otras bacterias pueden estar presentes como en cualquier comida cruda. Los perros sanos generalmente son resistentes, pero de cualquier modo hay que ser cautelosos. La mayoría de los fabricantes de los huesos crudos comerciales enjuagan sus productos en ácido láctico para la seguridad adicional, pero los carniceros locales no lo hacen. Por lo tanto, todos los productos crudos frescos deben congelarse durante un mínimo de dos semanas para matar parásitos.
5. Un pedazo grande puede ser mortal. Un pedazo grande de hueso pueda causar obstrucción gastrointestinal. En caso de que esto suceda hay que llevar a nuestro perro al veterinario.
6. Hay que evitar que nuestro perro intente comer el hueso demasiado rápido. Para bajar la velocidad podemos llenarlo o poner en la superficie algún tipo de papilla de verdura con fibra, como calabaza o papa. Esto va a disminuir la velocidad con la que nuestro perro coma el hueso y también permitirá una buena digestión.
7. Los huesos comerciales que se venden en las tiendas de mascotas no son recomendados. Muchos de estos productos comerciales difieren de los crudos que se venden en la carnicería, ya que generalmente son tratados y procesados con preservativos, sazonadores y saborizantes artificiales. Los huesos comerciales han provocado muchos problemas que van desde la obstrucción gastrointestinal hasta el ahogamiento y la muerte por la manera en la que son preparados.
En conclusión, si le vas a dar un hueso a tu perro debes de tomar las precauciones e informarte correctamente. Los huesos tienen importantes beneficios pero también pueden ser mortales.
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Fuentes: Integrative Veterinary Care – FDA – photografier / 123RF Stock Photo