Hace un par de meses ocurrió una epidemia de influenza canina en Chicago que lamentablemente enfermó a cientos de peludos al norte del continente. Aunque actualmente el contagio ya disminuyó no hay que bajar la guardia en ningún lado. Como todo lo que concierne a nuestras queridas mascotas ¡hay que informarnos y estar al pendiente!
Lo primero que hay que saber es que es una enfermedad sumamente contagiosa que a diferencia de la influenza humana estacionaria, se puede dar en cualquier momento del año y en cualquier país. La influenza canina también se conoce como la dog flu o bien, la gripe canina. Tiene varias cepas pero hay dos de ellas —la H3N8 y la H3N2— que está comprobado que afectan a los animales. La ocurrida en Chicago fue identificada como la H3N2.
El virus de la influenza canina puede sobrevivir en objetos inanimados como correas, platos de agua y/o de comida, ropa humana y cepillos. ¡Incluso puede vivir en las manos de las personas por aproximadamente 12 horas! Y aunque no nos afecta a nosotros los humanos es muy importante lavarse las manos y usar las medidas de higiene que tendríamos si se tratara de influenza humana.
Un estudio realizado por la Universidad de Kansas dice que casi todos los perros expuestos al virus son contagiados. Los expertos indican que el 80% muestra síntomas que son:
- Tos
- Fiebre
- Secreción amarillenta y verdosa en la nariz
- Deshidratación
- Letargo
Los síntomas de la enfermedad se presentan aproximadamente después de dos a cuatro días después de la exposición. Sin embargo es en este periodo —entre la exposición y los síntomas— cuando el virus es más contagioso. El otro 20% de los perros no mostrará síntomas de enfermedad aunque sean portadores del virus y puedan contagiarlo. Si la influenza canina se encuentra en tu comunidad hay que evitar las áreas más comunes en donde generalmente conviven varios perros como parques, exposiciones caninas, pensiones o guarderías.
Por otro lado la influenza canina en un caso normal dura de dos a tres semanas cuando es tratada por un médico veterinario. Tristemente el 10% de los perros con esta enfermedad pueden empeorar. En el peor de los casos la enfermedad puede convertirse en neumonía ¡lo cual puede ser mortal! Es muy importante saber también que los peludos más propensos a ser contagiados son aquellos menores de un año y mayores de siete.
Generalmente existen vacunas preventivas para la influenza canina. Sin embargo esto no significa que tu perro no se puede contagiar ya que como mencionamos anteriormente existen variaciones a las que tu perro puede estar expuesto. Lo importante es estar al pendiente de cualquier síntoma dudoso, preguntar a tu veterinario de confianza y estar al tanto de las noticias por si existe algún caso en tu comunidad.
Fuente: Science Daily. 15 Abril 2015.