Esta es la historia de “Pepe”, un perro vagabundo que aprendió a viajar en el metro de Chile él solito. La gente cuenta que en repetidas veces se encontraban con Pepe, quien incluso viajaba en los asientos del metro; cuentan que incluso parecía que sabía bien donde bajarse.
Como deberían de acabar todas las historias de perros vagabundos ésta tuvo un final feliz. Leonor Zamora, quien trabajaba en el metro Valparaíso se compadeció de éste adorable perro y decidió darle alojamiento provisional en su hogar; lo llevó al veterinario, donde le curaron una leve infección que tenía en su piel, lo esterilizó y dio aviso para ponerlo en adopción. Como era de esperarse, y tras la fama que ya tenía Pepe de ser el perro que viajaba en el metro Valparaíso, aparecieron varías personas queriendo adoptarlo.
Un hombre de buen corazón resultó ser el afortunado de llevarse a su hogar a Pepe, el perro que había vagado toda su vida por los trenes del metro. Parecería que aquí termina la historia pero no es así; tiempo después Leonor recibe una llamada de un amigo suyo, quien le platica haber visto a Pepe caminando por la calle, a lo que inmediatamente y aún sin creerlo le marca al dueño, quien le informa que Pepe en verdad si había escapado, y que no era la primera vez, sino que anteriormente el dueño lo había podido alcanzar cuando Pepe caminaba hacía afuera de su casa, otra cuando Pepe iba caminando hacía la parada de autobús, y otra alcanzándolo en la estación del metro.
Lo sorprendente de ésta historia es que después de saber de esto, Leonor encontró caminando cerca de su casa a Pepe quien inmediatamente la reconoció y corrió hacía sus brazos y nunca más se separaron, se cree que Pepe tomo el metro para poder regresar con ella. Hoy podemos encontrar a Pepe en el hogar de Leonor, compartiendo su amor con otros tres perritos que ella tenía anteriormente.
