Dios convoca una bestia del campo
Y le dijo a la bestia mirad al hombre creado en mi imagen. Por eso adóralo, lo cuidaras en el monte, pastorearas su ganado, cuidaras sus hijos, acompáñalo donde vaya, hasta a la civilización.
Serás su compañero, su aliado, su esclavo. Por hacer esto Dios dijo, te doto con instintos que no poseerán las otras bestias : la lealtad, gran devoción, y una comprensión que supera la del mismo hombre.
No sea que te impida tu valentía, nunca podrás prever tu muerte, No sea que impida tu lealtad, serás ciego a las faltas del hombre, No sea que impida tu comprensión, te niego el poder de la palabra.
Camina a su lado, duerme a la entrada de su casa, caza por el, aleja a sus enemigos, lleva sus cargas, comparte sus sufrimientos, adóralo y consuélalo.
En cambio por esto el hombre te cumplirá tus necesidades que solamente serán comida, refugio, y cariño.
Estate callado y sé el amigo del hombre, y guíalo por todos los peligros en el camino a la tierra que le he prometido.
Esto será tu destino e inmortalidad.
Así enunció nuestro Dios padre, el perro escuchó, y estuvo conforme.