¿Cómo le haces entender a un perro que algún día, alguien vendrá por él y le dará la oportunidad de una familia? ¿Cómo compensas la soledad en la que están viviendo y los consuelas un poco? Suena a algo prácticamente imposible de hacer, sin embargo, una mujer lee a perros de refugio para hacerles sentir no están solos.
Una vez a la semana, Sandy Barbabella asiste al refugio “Western Pennsylvania Humane Society”, con un libro infantil en las manos, ella se sienta en cerca de las jaulas que contienen a los perritos de ahí y con el tono más dulce y con paciencia les lee un poco.
Motivada por la muerte de su perro y desde hace más de un año y medio, Sandy se queda un día completo para leerles a los perros, de vez en vez, practica comandos como siéntate o sacúdete. Cuando Angus falleció, Sandy creyó que la mejor forma de regresar el inmenso amor que recibió por parte de él, era siendo voluntaria en el refugio y dando ese mismo amor y sobretodo consuelo para que los días de los perritos sean más llevaderos.
Sandy ha tenido que sobreponerse ante la situación de los animalitos, ya que algunas veces, no puede evitar llorar y pensar cómo existe gente que puede hacerle toda clase de daño a un perro.
Ser voluntario del refugio, no solo ayudas a los que dirigen el lugar, sino que al interactuar con todos los animales ahí, se está aportando a que ellos vivan de la mejor manera posible, ya sea jugando con ellos, acariciándolos o dándoles un paseo, que necesitan diariamente.
No siempre tenemos la capacidad económica o el lugar para tener a cuanto perro o gato nos encontramos en la calle, pero, aunque sea por un pequeño instante nos tomamos el tiempo de dar una caricia a uno de estos animales, podemos lograr hacerles más feliz y llevadero el día, hasta que llegue el momento en el que encuentren una familia que los lleve rumbo a la libertad.
Fuente: TheHuffington Post