Los mapaches son pequeñas criaturas salvajes y preciosas a la vez, y pareciera imposible que una amistad pueda surgir entre uno de ellos y un perro, pero resulta que la historia a continuación demuestra que la verdadera amistad puede ser entre dos especies diferentes.
El año pasado, una pequeña mapache cayó de un árbol en el patio trasero de Rosie Kemp, en las Bahamas. Esta mapachito tenía tan solo un mes de nacida. Estaba muy débil y con su pata trasera rota. Rosie espero a que la mamá de la mapache llegara, pero al no aparecer, Rosie decidió recogerla y cuidarla.
En las Bahamas es ilegal rescatar mapaches y tenerlos, pero Rosie estaba decidida a darle una segunda oportunidad a esta pequeña, así que ella y su hija Laura, criaron a la mapache como parte de ellos. La alimentaron, cuidaron y protegieron como lo haría su madre y le pusieron de nombre Calabaza (Pumpkin).
Laura dice que Calabaza es extremadamente inteligente, muy pendiente y hasta expresa emociones, ahora ella vive con Laura, su esposo y dos perro rescatados, parece que Calabaza jamás había sido tan feliz, incluso su vida y aventuras las han documentado en su cuenta de Instagram.
Por otro lado, Calabaza adora a sus hermanos perros, inmediatamente formó un lazo con ellos, los sigue a donde quiera que ellos van, juega con ellos y hasta entiende cuando los perros tienen suficiente de juegos y lo respeta.
Apesar de que los mapaches no son domésticos, Laura y su familia han hecho hasta lo imposible para que Calabaza tenga todo lo que necesita. Ahora ya con un año de edad ella es feliz con una segunda oportunidad y con una vida llena de mucho amor de sus papás humanos y sus hermanos perros.
Así que Calabaza disfruta la vida y es muy feliz, ¿No lo crees?
Fuente: TheDodo