James Bowen era un músico callejero de Londres que sobrevivía solamente con lo que obtenía de las personas que se compadecían de él. A penas tenía para comer y no podía pensar en hacerse responsable de alguien más. Sin embargo su suerte cambio cuando su camino se cruzó con el de Bob, un gato pelirrojo de la calle.
James encontró a Bob en una trágica situación, herido fue llevado al veterinario donde le curaron y pronto pudo recuperarse. A pesar de la mala situación económica en que se encontraba James, adopto a Bob como su fiel compañero.
Poco a poco la suerte de James cambió, la gente en la calle comenzaba a darle más monedas pues les llamaba mucho la atención la presencia de Bob. De ahora en adelante ambos iban a compartir un lazo íntimo que nada podría romper.
Juntos pasaron muchas aventuras juntos, algunos momentos malos y pero muchos otros muy buenos. Hay quien dice que James no fue el que adopto a Bob, más bien Bob decidió adoptar a James.
Su sorprendente historia conmovió no solo a Londres, sino al mundo entero; llegando al grado de crear un libro que contara de sus aventuras, llegando a ser un “best seller” en todas las librerías.
Así como la historia de James y Bob hay millones, y aunque sabemos que lamentablemente no todas las historias de perros y gatos abandonados terminan igual, nos conforta saber que aún existen personas con un corazón tan grande, capaces de compartir lo poco que tiene con tal de salvar una vida, llegando como aquí es el caso incluso a quitarse de la boca lo poco que tienen para dárselo a alguien más.
Fuente: En defensa de los animales en acción