No es que el amor sea ciego, simplemente es un sentimiento honesto y puro, libre de todo prejuicio y a nuestro bellos hijosperros no les importa si nosotros somos guapos o feos, gordos o flacos, rubios o castaños; ellos nos dan su amor y afecto sin fijarse en aspectos físicos o materiales, y tal vez nosotros deberíamos aprender eso de ellos.
La historia de Lisa es un ejemplo concreto de ellos. Esta era una perrita que nació con dos inusuales desfiguraciones en el rostro; una de ellas, cicatrices por toda la cara, la otra, los párpados inflamados. Ella pertenecía a un refugio en Silicon Valley, Estados Unidos. Los que trabajaban en el refugio creían que Lisa nunca sería adoptada por su apariencia, pero que equivocados estaban.
Por “suerte” Lisa encontró una familia que se enamoró por completo de su personalidad, y ellos que contaban que su hija menor buscaba un perrito y al ver a Lisa quedó encantada con esta bella perritos de diez semanas de edad, y así fue adoptada y nombrada “Lucky” en honor a su destino. A continuación te mostramos un par de fotos de ella, seguro tu también quedarás encantada con ella:
Fuente: boredpanda.com