Todos los que tenemos un Hijoperro hemos tenido la fortuna de saber lo hermoso que se siente cuando él/ella nos recibe en casa después de un largo día de trabajo o de escuela. Ese recibimiento no se compara con nada.
En esta ocasión, Rebecca Ehalt, la dueña de un mini Schnauzer, estuvo trabajando y estudiando en Eslovenia durante dos años, los cuales equivalen a alrededor de 14 años en la vida de un perro. Casey, su schnauzer, se emoción tanto de ver a su dueña en su regreso a casa que se desmayó.
Del susto, como dueña responsable, Rebecca llevo a Casey al veterinario de manera inmediata tras su desmayo, para su fortuna, explico que Casey se emocionó demasiado y fue el motivo por el que sufrió tal desmayo, fuera de eso, todo salió bien.
No cabe duda que el amor de nuestro hijoperro es un amor único, bello y sincero. No importa cuántos años pasen ellos siempre nos tendrán en su corazón y estarán más que contentos cada vez que nos puedan ver.
Fuente: http://www.lifewithdogs.tv/
